En medio de la cuenta regresiva que lleva al vencimiento del plazo pactado para evitar los aranceles, la presidenta Claudia Sheinbaum marcó un tono directo y moderno en la agenda diplomática. Este lunes 24 de febrero se abren las mesas de negociación entre México y Estados Unidos, justo a una semana de que se cumpla el mes acordado para entrar en vigor las medidas arancelarias.
En su conferencia mañanera, Sheinbaum dejó en claro que la intención es cerrar un acuerdo esta misma semana. “Esperamos que esta misma semana, porque el lunes es 3 de marzo y ya este viernes necesitamos estar llegando a acuerdos importantes. Estaría, si es necesario, buscando otra llamada con el presidente Donald Trump, lo que haga falta”, señaló, subrayando la importancia de mantener un canal de comunicación directo y ágil en un contexto de alta tensión.
Las negociaciones, encabezadas por el secretario de Economía Marcelo Ebrard, se basarán en el diálogo, el respeto y una comunicación sin rodeos, pilares que la mandatario considera esenciales para allanar el camino hacia un consenso. La presión es palpable: el inicio de la administración Trump trajo consigo la amenaza de un arancel del 25% a las exportaciones mexicanas, medida que pretendía frenar el tráfico de drogas y la entrada de migrantes. Gracias a intensas conversaciones, la medida se aplazó por un mes, junto con compromisos de enviar 10,000 elementos de la Guardia Nacional a la frontera y redoblar esfuerzos contra el crimen organizado.
Sin embargo, el diálogo no se limita únicamente a temas económicos. En un panorama donde la seguridad y el control de flujos ilícitos se han convertido en ejes centrales, Sheinbaum adelantó que el combate al narcotráfico será otro de los puntos críticos en la agenda. La presidenta propuso un trabajo conjunto entre México, Estados Unidos y Canadá para detectar las rutas de distribución de sustancias ilícitas y enfrentar el consumo de drogas desde una perspectiva de salud pública.
“Tenemos que coordinarnos precisamente porque no queremos que eso exista, todos tenemos que atender el consumo de las drogas con una visión de salud pública”, enfatizó, sugiriendo la creación de un análisis integral que identifique los orígenes, rutas y destinos del narcotráfico. Con esta estrategia, cada nación podría desarrollar planes de acción específicos y coordinados, sumando esfuerzos para disminuir la inseguridad y los delitos de alto impacto vinculados a este flagelo.
En definitiva, la jugada de Sheinbaum es un llamado a la acción que mezcla firmeza y apertura al diálogo en un momento en que cada día cuenta. La incertidumbre se siente en el aire y la región espera a que, en estos encuentros de alto voltaje, se logre el consenso que evite no solo la imposición de aranceles, sino también un retroceso en la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico.