Cerca de 500 trabajadores, en su mayoría surcoreanos, fueron detenidos en la planta de Hyundai en Georgia por presuntas irregularidades laborales.

La redada, la mayor del segundo mandato de Trump, encendió la indignación de Seúl, que pidió respeto a los derechos de sus ciudadanos.

La fábrica, de 12,000 m² y dedicada a vehículos eléctricos, llevaba un año operando.

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