El sureste de Afganistán volvió a temblar: un sismo de 6.2 golpeó la misma región que el domingo sufrió un terremoto mortal. La provincia de Kunar sigue atrapada entre escombros y deslizamientos, mientras helicópteros y comandos buscan llegar a aldeas aisladas.
El gobierno talibán reporta 2,205 muertos y 3,640 heridos. ONG internacionales alertan de un déficit de casi 2 millones de dólares para asistencia urgente. La prioridad: ayuda humanitaria inmediata para quienes lo han perdido todo.